Cómo garantizar una buena higiene del sueño para tu bebé La higiene del sueño es essential para el desarrollo y el bienestar de los más pequeños, y como padres, tenemos la responsabilidad de crear un entorno propicio que les ayude a descansar adecuadamente.
El bebé que está nervioso llora con fuerza y no responde a los intentos que hacen los padres para calmarlo; es el tipo de llanto que suele aparecer por las tardes, debido a un estímulo excesivo.
Cuando nuestro hijo se despierte por la noche, podemos acurrucarle o cantar una canción para que se vuelva a relajar.
Muchos padres quieren que sus hijos duerman en su cama o cuna sin conseguirlo. Cuando sus hijos se despiertan por la noche, se van al cuarto de sus padres para seguir durmiendo.
Para una buena higiene del sueño infantil, las ventanas de sueño en bebés y niños son las medidas que debes tener en cuenta para saber cuánto es el tiempo máximo que tu hijo debe permanecer despierto durante el día. Recuerda que el sueño reparador y las siestas son fundamentales para su desarrollo.
Anime a los niños mayores y a los adolescentes a tener una hora de acostarse que les permita dormir las horas de sueño necesarias para su edad. Una rutina para la hora de acostarse pude incluir cepillarse los dientes, leer un libro o escuchar música tranquila.
Hay quien prefiere tenerlo en brazos durante un rato, aunque, si nuestro hijo ya duerme solo en su cama, es fundamental no sacarlo de ella. Podemos acurrucarnos nosotros a su lado y esperar a que se vuelva a dormir.
Los padres y los hijos tenemos una batalla nocturna tan silenciosa como constante: el niño se destapa y nosotros le tapamos, se vuelve a destapa y volvemos a taparle y así toda la noche y noche tras noche. ¿Qué podemos hacer para que el niño no se quede frío sobre la cama mientras duerme?
Separar la alimentación del sueño a una edad temprana crea el hábito saludable de poder dormirse independientemente y no depender de la comida para dormirse o volver a dormirse. Esto hace que las noches sean más fáciles a medida que crecen y pasan por regresiones del sueño o cambios en los ciclos de sueño.
Es regular que especialistas en sueño infantil al alternar entre fase y fase el bebé presente microdespertares, pequeños lapsos de despertar que son una respuesta innata del ser humano a estar en constante alerta.
Y, sobre todo, debemos consultar con un especialista cuando veamos que la falta de sueño es prolongada en el tiempo y veamos cambios en la actitud de nuestros hijos.
Estos patrones comienzan a formarse en los últimos meses del embarazo y se mantienen constantes hasta aproximadamente las 6 u 8 semanas después del nacimiento, para después pasar de un sueño activo a uno tranquilo hasta el octavo mes de vida.
Acostúmbrate a decirte a ti mismo que estás haciendo todo lo posible para ayudar a tu bebé a convertirse en un fuerte durmiente independiente. Mantente calmado y consistente y recuerda––los desafíos del sueño en los bebés son normales.
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